- Orden del Espíritu Santo
- Espíritu Santo. Historia. Orden del Espíritu Santo. A fines del siglo XII, un hijo del conde de Montpellier, llamado Guido, en unión de varias personas caritativas que venían dedicándose a recoger ancianos desválidos, pobres enfermos y niños abandonados, fundó un instituto de religiosos y religiosas hospitalarias a los que dio un hábito especial y una regla inspirada en la sentencia de Jesucristo: «Lo que hiciereis con uno de estos pequeñuelos conmigo lo hacéis.» El fundador acudió en 1198 a Inocencio III solicitando la aprobación de su obra; y el Pontífice acogió la petición con tal entusiasmo, que no sólo confirmó el benéfico instituto sino que significó su deseo de que se creara en la misma Roma una casa-asilo u hospital como el de Montpellier. Guido correspondió a la solicitud del Papa fundando, según sus indicaciones, el que llevó el título de Hospital de Santa María de Sajonia, y que, al multiplicarse en Italia las casas de caridad, fue el centro director de todas ellas, de caridad, fue el centro director de todas ellas. El de Montpellier, sin embargo, conservó el privilegio de casa-matriz, y cabeza del instituto que se denominó Orden del Espíritu Santo. Los Pontífices que [279] siguieron a Inocencio III la prodigaron gracias y privilegios y, por su parte, los reyes de Francia la protegieron con liberalidad, contribuyendo eficazmente al gran desarrollo que adquirió en dicho reino. Los Hospitalarios del Espíritu Santo usaban hábito negro con una cruz blanca doble sobre el pecho en el lado izquierdo; y además de los votos de pobreza, obediencia y castidad, hacían el de asistir a los menesterosos en los siguientes términos: «Me ofrezco y entrego a Dios, al Espíritu Santo, a la Virgen María, y a mis señores los pobres para servirlos por el tiempo que me durare la vida...»
Enciclopedia Universal. 2012.